sábado, junio 24, 2006 

DUELO ENTRE LAS CENIZAS

No fue fácil. Acabo de mirar al techo una y otra vez hasta encontrar que la única respuesta a la liberación de una pena endemoniada era la escritura de un post este blog.


Aquí estoy por primera vez ante la primera situación personal que me impulsa a esta terapia bloggera, mirando las cenizas de mi alma, en pleno velorio de espíritu, pensando como será el duelo en los próximos días. Y el duelo le cae bien a este blogcito con fondo gris oscuro, tan cercano al negro, color que veo ahora cuando cierro los ojos y me acuerdo de aquello que me hizo sufrir esta tarde y que aunque no tenga que ver con una muerte física, está a punto de destruir mi optimismo.


Ahora pienso en la fatalidad: ¿Acaso hay un destino escrito para todo?. Se que la vida no es fácil, pero cuando todo parece demasiado bueno, cuando los episodios de mi existencia comienzan a lucir como la última página de un fairy tale, me pregunto si acaso no he hecho todo lo correcto para merecer un final feliz, o quizás eso del Karma es cierto y yo tengo uno bastante pesado.


Me encantó que esta semana el padre de José Francisco y Rox me escribieran palabras alentadoras. También me escribió alguien que de lejos me dio una buena noticia. Sin embargo, la semana no se coronó con happy end. Hoy fue el peor día que he pasado en el año y ahora me siento frágil. Una señal de alarma se ha activado en mi cuerpo y mi cerebro busca reservas de fortaleza que aún no encuentra... ¡Qué no me cueste tanto por favor!.


¿Qué hacer durante un duelo?. ¿Esperar al proceso natural de las cosas?, ¿levantarte a la mañana siguiente y decirte a ti mismo que nada pasó ayer?, ¿entretener a tu ego con Shopping o Spa?, ¿llorar hasta que no te queden lágrimas?...


He probado el tragar penas, pero mi cuerpo las transforma en enfermedades. Ejemplo: Si asisto al velorio de alguna persona querida (de aquellos donde hay una muerte física, al que asisto ahora tiene que ver con una pérdida diferente) no soy de las que llora, sino de las que consuela a otros... Sin embargo, una semana después debo esperar desde noches enteras de insomnio, hasta cólicos y gripes fuertes. Cuando reprimo mis lacrimales, estos le pasan la pelota al sistema inmunológico y mis defensas se van al subsuelo.

Como la represión y el llanto no me quedan, está la opción de : engríase a si mismo. Con esta alternativa pasaría tardes enteras reventando la tarjeta en los días "R" Ripley o poniéndome una mascarilla de chocolate en todo el cuerpo para terminar con un masaje tailandés... Caray, suena relajante, pero faltan largos días para fin de mes y mi magro presupuesto no alcanza más que para ver Fashion TV en el cable y echarme en la cama con unos cuatro pepinillos en la cara...bah!. Opción descartada.


¿Qué queda?: podría decir que un buen libro, sino fuera porque aún estoy en la etapa en la que crees que lo que te dijeron en la tarde no es verdad y que todo lo soñaste. En esta primera etapa, la concentración es cero.


Entonces ¿qué?... Quizás, por lo pronto, me queda reirme de mi misma, escribir en este blog y esperar recuperarme pronto de esta primera etapa, donde me siento como me sentía de muy niña, cuando daba mil vueltas sobre mi misma y luego encontraba que todo estaba distorsionado a mi alrededor y yo a punto de caerme. Me encantaba hacer lo posible para mantener el equilibrio y no terminar en el suelo, nunca en el suelo....

miércoles, junio 21, 2006 

No hay nada que me agrade mas que...

...recibir cartas como las que esta mañana me alegraron la existencia. Es bueno saber que lo que haces sirve de algo. La siguiente es un mensaje de Ramiro Mendoza del Solar, padre de José Francisco, el chico al que le dediqué un post hace algunos días. No te preocupes Ramiro, prometo ir uno de estos días a visitar a Jose. Me alegró mucho saber que la cadena de solidaridad está creciendo. Cuando los peruanos queremos ser solidarios lo somos.
La carta también expresa el humano temor de un padre ante lo que vendrá. Me desgarró leer ese párrafo, a ver que opinan ustedes.... Por mi parte creo necesario darle palabras de aliento adicionales a este señor, que según me consta, está dedicado íntegra y devotamente a la recuperación de su hijo. Un saludo desde aquí.
Jose Francisco Mendoza del Solar
a usuario

9:47(2 horas antes)
Estimada Monica, muchas gracias por todo lo que has hecho por José Francisco. La familia entera queda en deuda contigo y por favor visita a José particularmente. Hablas con Eliana y pasas a ver a tu ahijado cuando quieras y a la hora que quieras.

No tenía ni idea de tu pérdida, leí tu blog, lo siento muchísimo y me imagino como se siente tu familia, creo que no hay palabras para expresar el sentimiento de solidaridad con ustedes. Veo que a pesar del corto tiempo pasado ya has encontrado la conformidad en Dios y lo único que puedo decirte es que aquí estamos de pasadita y que luego nos encontraremos nuevamente. Lo hecho con José es únicamente prolongar su tiempo en este mundo.
Estuve navegando por testimonios de sobrevivientes como él y algunos renegaban por el estado en que se encuentran y con sus familiares por no haberlos dejado morir y mantenerlos con vida en condición de minusválidos. Yo personalmente tengo mucho temor de escuchar algo así de José Francisco. La mayoría son testimonios de Fe y optimismo, con recuperación lenta, dolorosa pero constante , con final de integración a la comunidad y autosuficiencia. Por ley de vida los viejos nos vamos antes que los jovenes es por eso el empeño en lograr ,con el, la integración y autosuficiencia antes de partir a la otra vida.

Te comento que el 2 de Julio próximo los jóvenes de San Juan de Lurigancho harán un mega evento en el parque zonal Wiracocha con concierto de Rock y concurso de danzas folklóricas, el programa está por definirse , lo que tenemos claro es una misa de acción de gracias por la salud de José a la que espero, Dios mediante,llevarlo en su silla de ruedas. Te invito a participar oficialmente si tu tiempo lo permite en la comisión de prensa y difusión.
La municipalidad nos ha cedido el módulo del parque y una pancarta, por mi lado enviaré invitaciones por mail a todos los firmantes del libro de visitas para que asistan y/o participen de la organización y para los que viven en el exterior motiven a parientes y amigos residentes en Lima.También vamos a solicitar auspicios para conseguir estrado, sonido, luces, movilidad, seguridad, limpieza, publicidad y todo eso de lo que yo no se nada.
El horario será de 9.00 a.m. a 9.00 p.m. no se venderá licor y si gaseosas y viandas.
Por favor ,si decides ayudar me lo comunicas y no te sientas obligada que ya has hecho muchísimo por nosotros y eres parte del milagro.
Recibe un abrazo x José

Ramiro.
NOTA ADICIONAL: Sería lindo que alguien por allí pudiera ayudar con la organización del evento. Gracias. Vuelvo a poner la dirección web donde se detalla la historia de José Francisco: www.participadeunmilagro.com


domingo, junio 18, 2006 

Postear sobre mi vida privada: dilema resuelto

Cuando comencé la idea de este blog decidí apostar por un diario de situaciones que, por cuestiones de espacio no podía incluir en mis reportajes, o también anécdotas detrás de la realización de los mismos. Mejor dicho: la crónica detrás de la crónica y mi visión personal de los hechos trabajados durante la semana. Sin embargo, me ha sido difícil en más de una ocasión evitar la tentación de plasmar en esta bitácora aquellos sentimientos que surgen de situaciones personales, sobre todo cuando estos ocupan buena parte de mi disco duro y forman parte de una época de cambios. Supongo que es natural, como natural fue al principio mi reticencia a hacer de este, un diario de venturas y desventuras. Al final, decidí que las perspectivas personales quedaran limitadas al tema del post.
No he escrito ninguno sobre cuestiones meramente privadas, a excepción del post sobre HI5 y aquel en el que expreso mi frustración por no colgar fotos aquí.
Después de una semana de descanso-léase vacaciones- que ha servido también para algunas deliveraciones, he cambiado mi decisión: Creo que los nuevos tiempos -léase cambios en mi vida- implican también replanteamientos y transformaciones de forma, en especial para alguien como yo que odia la rutina y busca siempre chuparle la sangre a la vida. Como siempre rescataré la crónica escondida de cada hecho que trabajo durante la semana, pero ahora me daré la libertad de hablar sobre mi, intentando así liberar -a modo de terapia- como diría Ursula, aquellos hechos y sentimientos que forman ahora parte de mi existencia. Seguiré el consejo de Leuzor, quien en la cola de un Avant Premiere me recordó que el trabajo de postear no tiene porque ser necesariamente un ejercicio de stress: Si Leuzor, me voy a relajar.
La advertencia está hecha...

miércoles, junio 14, 2006 

De cómo entró José Francisco a mi vida

Estábamos en plena reunión pre- elecciones y a Eduardo - mi jefe- se le había ocurrido que la mejor fórmula para el televidente aburrido de tanto desayuno posero, votación con protesta y encuestas "a boca de urna" era poner en el programa, que a la postre le tocaba la hora más brava de la audiencia dominical, reportajes divertidos, que darían un respiro a los tediosos informes políticos que devíamos mostrar, de todas maneras, para cumplir con el deber informativo. Esta vez la cosa ya estaba decidida en su mente: yo debería elaborar un resumen del exitoso programa cómico sabatino de humor político. Me tocaba explorar la forma en que los dos cómicos de aquel programa imitaban a los protagonistas de la segunda vuelta electoral. Como justamente ese programa se transmite a la hora en la que todos los reporteros estamos ocupados en nuestras ediciones, nadie en la sala se había percatado que Carlos Alvarez, uno de aquellos cómicos, no había imitado jam ás en la televisión a uno de los dos candidatos en la contienda: Ollanta Humala. Sólo había trabajado el personaje en su espectáculo de teatro.
Es entonces que mi cambio de tema se decidió en el camino. Ahí estaba un artículo de El Comercio, mostrándonos la posibilidad: un chico de 18 años, quien había sido atropellado a fines del año pasado, había despertado del coma, a pesar de haber sido deshauciado por los médicos de la clínica a donde fue trasladado en primera instancia tras el accidente.
Había visto antes el reporte del noticiero 90 Segundos sobre el tema del accidente y sin perder tiempo puse, como se dice comúnmente, manos a la obra. No era una comisión cualquiera. Ayudar en estos casos era, más que un asunto de trabajo, un tema de convicción. Mi hermano había muerto en un accidente automovilístico hace seis años, cuando apenas tenía 29 años de edad y desde entonces, revolotea en mi mente ese sentimiento de frustración ante lo irremediable de la muerte, sobre todo cuando ésta llega en el momento en que la vida y sus caminos están apenas tomando forma.
José Franciso Mendoza del Solar no pudo celebrar su cumpleaños número 18, pues entonces estaba inconsciente en una cama del tercer piso del Hospital de la Fuerza Aérea. Antes del accidente estudiaba Arquitectura en la Universidad San Martín y le esperaba un futuro auspicioso por la brillantez que empezaba a lucir en el primer ciclo, donde además de una carrera, había encontrado a Guisella, una dulce chiquilla que había presentado en casa, como la primera enamorada.
La presentación oficial había continuado en casa de la chica en La Molina el 30 de Noviembre de 2005. Esa noche, ambos salieron ilusionados tras pasar este trance, que suele ser un poco estresante sobre todo para chicos tan jóvenes. Ambos cruzaron la pista de la Avenida El Sol de La Molina, en medio de la oscuridad. Guisella dice que no recuerda más que la presencia de José a su lado. El mundo se detuvo para ella por un instante que no sabe bien cuánto duró y cuando despertó estaba en la pista, levantándose con dificultad mientras observaba a José Francisco, tumbado boca abajo, en medio de un charco de sangre. El desesperado chofer de un auto antiquísimo intentaba auxiliarlos. Guisella tiene estos instantes registrados en su memoria como fotografías borrosas, hasta el momento en que un bombero la tomó de la mano y la llevó hasta una ambulancia.
En la Clínica San Pablo vio a una mujer llorosa, con un embarazo avanzado que le pedía disculpas sin parar. Era la esposa del chofer, estaba con él en el automóvil durante el accidente y tuvo su prioritaria atención cuando el vehículo impactó con los muchachos. Mientras tanto, en los pasillos un médico le pedía a los padres de José Francisco, autorización expresa para extraer sus órganos principales: No había esperanza, les repetían una y otra vez.
Los padres de José Francisco no se resignaron a la fatalidad que les pintaban esos médicos. Buscaron por todas partes a otros especialistas con mejor fama y sobre todo, dispuestos a asumir el reto. Después de correrías y ruegos, hallaron a José Carlos Zapater, Jefe de Neurocirugía del Hospital de la Fuerza Aérea Peruana y lo convencieron de tratar al muchacho, pese a los diagnósticos desalentadores. La historia siguió con siete intervenciones quirúrgicas donde, entre otras cosas, se le colocó una Válvula de Pudens, pues el fuerte golpe le había originado una Hidrocefalia, a consecuencia de una herida que no dejaba de drenar líquido.
Sólo quedaba esperar, y Ramiro Mendoza del Solar lo hizo con paciencia envidiable e inconmesurable amor paternal. Lo encontré en la habitación del Hospital de la FAP, feliz por mostrar cuánto había avanzado su hijo, que esa misma tarde iba a dejar de tomar alimentos a través de una sonda.
Con los ojos húmedos por la emoción, una enfermera me relató la primera vez que le quitaron los tubos para respirar. Dice ella que entonces intentó decir: papá. La evolución continúa lentamente, mientras sus amigos de la clase de cachimbos de la Universidad San Martín lograron juntar una decena de latas de café para usarlas como alcancías y apelar a la solidaridad de los estudiantes universitarios.
Casi todos no pasan de los 19 años de edad y por lo tanto son inexpertos en la organización de eventos, pero el entusiasmo y el cariño inmenso a José Francisco los anima en cada paso. La lideresa natural de la cruzada es Guisella Motta, la enamorada y co- protagonista del terrible hecho. Por suerte, el accidente le dejó una lesión a la rodilla que se curó en una semana. Por eso utiliza todas sus energías para darle duro a las actividades pro fondos del tratamiento de José Francisco. Y es que el Hospital de la FAP sólo es gratuito para los aviadores y sus familiares. Este no es el caso del muchacho y por eso su familia debe pagar por el uso de la cama, el tratamiento y las medicinas. La deuda asciende hasta hoy a -léanlo bien- a 75 mil soles, o más de 21 mil dólares americanos. Ramiro Mendoza del Solar, hoy dedicado íntegramente al tratamiento de su hijo, no puede costear la deuda, que no incluye el tratamiento de rehabilitación que José Francisco debe seguir por lo menos por dos años, para lograr la ansiada recuperación total.
La hermana de José Francisco ha elaborado una bonita página web para recibir donaciones: La dirección es www.participadeunmilagro.com , donde están los números de cuenta bancaria, los detalles del accidente, la evolución del muchacho y un libro de visitas. Además, Guisella y sus amigos de la Universidad están organizando una fiesta este sábado 17 de Junio, en La Capilla de Barranco, que queda en el Boulevard, al costado de La Noche. Me sentiré gratificada si alguien lee y se interesa por el destino de José Francisco, mejor aún si colabora con esta causa. Dicen que un periodista no debe involucrarse en sus casos, pero esto es inevitable, sobre todo cuando detrás de esta identificación está una historia personal. La solidaridad es una maravillosa virtud que puede contribuir a que una vida joven no se pierda.

martes, junio 13, 2006 

PASIÓN POR LOS SANDWICHS

Y ahora que está tan de moda hablar de la pasión por el fútbol (yo misma he entrado entusiastamente en la colada), quiero escribir ahora sobre otra pasión, una que sigo fervorosamente, aunque esto me cueste un nuevo, hilarante e irónico comentario de mi amigo Schatz, quien hace algún tiempo me promocionara como "pacman de la blogósfera".

Estaba quizás frente a una de las más grasosas porciones de comida que había visto jamás en mi vida. Y mientras mi hígado pedía a gritos piedad ante la inminencia de la tortura, mis dientes arremetían con fuerza contra un trozo de filete de pollo recién frito, coronado con otro de queso y decenas de papitas al hilo húmedas por acción de cinco salsas de diferentes sabores y colores... ¡Piedad! repetía el pobre órgano, al que le debo cariño por haber pasado hace diez años por los pesares de la Hepatitis A, pero yo ni caso...

Había más simpatía que hambre detrás de este momento. Paso a explicarme: quien segundos antes me había invitado a probar semejante horror calórico al que llamaba sandwich era Joel Padilla, un amable provinciano que retrataba, como miles la historia del ambulante que trabajó de sol a sol hasta convertirse en empresario exitoso. Mientras a sus 40 aprende los secretos del marketing en un instituto superior de la Avenida La Marina, avanza con intuición y honestidad, en el negocio. Tiene cuatro locales que atienden las 24 horas del día y a los que no les falta concurrencia.

Esta la historia de "Sandwichs Miguel" y el protagonista me miraba con esa sonrisa generosa que me impedía rechazar su invitación con el mismo sentimiento que suele invadirme cuando por ejemplo veo a una campesina ayacuchana ofrecerme una papa sancochada que acaba de cosechar. Mi estómago entonces es capaz de encontrar lugar para lo convidado, antes de ver un rostro de desencanto. Además, en este último caso, sentí que decir no, significaba despreciar tantos años de esfuerzo. Y me comí el "Especial Miguel" con todos sus ornamentos en ese lugarcito popular con pinta de baño (baldosas por todos lados) a donde nadie está interesado en averiguar si el pan es fresco o no, si el aceite es o no vegetal o si la higiene de los recipientes de las salsas es la adecuada. A estos comensales: casi todos estudiantes en situación pre o post juerga, sólo les importa que aquel sanguche sea gigantesco, aunque la talla se deba más a las papas al hilo que al filete de pollo, que al final ni se siente. Cantidad más que calidad.

No me indigesté. Creo que después de tantos años comiendo de todo y en todas partes, mi estómago está habituado a las aventuras y cambios, que sin embargo me costaron la bendita Hepatitis A. Mejor dicho, ha sido mi pobre hígado el que ha sufrido las peores consecuencias. Sin embargo, una vacuna lo tiene hoy protegido de aquellos males y yo puedo seguir explorando el maravilloso universo de costumbres peruanas.

Estaba concentradísima en esta tarea de exploración cuando probaba el sanguche, mientras mi camarógrafo tenía el deber de registrar que estaba bien metida en el tema, el interesante tema de la tradición sanguchera peruana. Y es que, si no se han dado cuenta, los peruanos y sobre todo los limeños, tenemos una afición innata por la comida, que mezclada con las costumbres de la era de la globalización, han dado a luz un híbrido interesante al que podríamos llamar: "peruvian fast food", tan bien representado por el sanguche de carretilla. Sin embargo, pasados los años 90 en los que los alcaldes pusieron límites al desarrollo de este negocio ambulante (tan bien impulsado por Laura Bozzo y los carritos sangucheros repartidos a las "sufridas" panelistas), el negocio comenzó a crecer en la formalidad.

La tradición peruana del sanguche tiene orígenes muy antiguos, desde las épocas de las butifarras, los rellenos y los chicharrones. La publicidad consumista ha agregado la hamburguesa y los hot dogs. Hoy, quien diga que no tiene un hueco favorito de sanguches puede estar mintiendo. Por cuestiones de espacio y tiempo sólo visité cuatro sangucherías para elaborar el reportaje transmitido el último domingo: "Sandwichs Miguel", "El Campesino", "El Farolito", "El Peruanito" y dos caseritos de carretilla: Doña Clelia, cerca del Estadio Nacional y El Tío Bigote, frente a la Universidad Católica. Amigos y conocidos que vieron el reportaje me reclaman otros huecos históricos como "El Juanito" y "El Cordano" que más que sangucherías son bares, pero en donde las butifarras son leyenda. También "Sandwichs Mounstruos" de Barranco , "Sergio´s Gourmet" de Los Olivos o "Koko Lucho" de San Borja, "Sarita", de Lurín, "La Pava", de Miraflores, "La antojería" de Magdalena... En fin, la lista es interminable aunque mi mayor frustración fue no completar la nota con dos items importantes: Bembos, quizás mi hueco favorito, deliciosa versión corregida y aumentada de las insípidas y aburridas hamburguesas gringas (aunque también adoro el "Ave Cesar", que es de pollo ). La gente de Marketing de aquí muere por promover reportajes, pero los dueños están traumados a raíz de una mala experiencia con un canal de TV -que no es Frecuencia Latina- que utilizó las imágenes de un viejo reportaje para hablar del carbunco o la llamada "enfermedad de las vacas locas". Bueno, entendible, pero creo que cerrar la puerta a la prensa con candado y todo, me parece exagerado.

El otro lugar que hubiese querido visitar fue "Don Pascuale", la sanguchería que pronto inaugurará Gastón Acurio en la Avenida Comandante Espinar. Llamé una y mil veces, pero por alguna inexplicable razón, nunca me dieron una respuesta afirmativa... Y nadie le gusta que lo paseen no??. Gastón seguramente había acordado exclusividad con Cuarto Poder porque allí le harían un reportaje a él solito... ¿Poses de estrella?.. No se, yo admiro su trabajo y me da pena no haber conversado con él sobre el tema, pero también tengo mi orgullo...

Al final, el reportaje me dejó la satisfacción de confirmar que el Perú es quizás el lugar donde mejor se come en el mundo. Y no lo digo yo, lo dicen los visitantes extranjeros que llegan al país atraidos no sólo por Machu Picchu, sino también por la fama del ceviche y la inmensa variedad de potajes que tenemos. Ahora el sanguche peruano tradicional, el de los chicharrones y butifarras puede convertirse también en producto de bandera, según el proyecto de Gastón. ¡Que viva el Perú!... Y ahora, una pregunta para quien quiera dejar su comentario: ¿Cuál es tu hueco favorito para comer sanguches?.

domingo, junio 11, 2006 

No hay nada que me moleste mas que..

...Intentar millones de veces colgar una foto en el blog y no poder hacerlo. Estoy perdiendo la paciencia y odiando a los creadores de Blogger.. Tengo una foto para el post sobre el Mundial y nada. ¿Tendré que cambiar de servidor?... S.O.S

sábado, junio 10, 2006 

¿Por qué nos enloquece el Mundial?..Genera la ilusión de la felicidad perfecta y borra toda diferencia

(Tomado del Diario La Nación de Buenos Aires)
Encontré este artículo justamente después de comentar sobre el fanatismo futbolero en el blog de El Chepis , a quien seguramente le debo parecer una aguafiestas. Pero encuentro en esta nota una explicación interesante a parte de mis cuestionamientos respecto a esta "pasión".

E l hincha de fútbol pertenece a un especie singular y a veces trágica, capaz de pasar del éxtasis a la desesperación en décimas de segundo, sin parpadear y sin quitar los ojos de una camiseta... Pero la pasión que estalla en cada partido "normal" palidece al lado del frenesí que desencadena el Mundial de fútbol. El sentimiento es tan generalizado y abrumador que resulta difícil abstenerse. "¡Estamos entrando en una zona de delirio colectivo!", dice la psicoanalista Silvia Fendrik. Para Vanesa Starasilis, coordinadora del Centro Dos, no es exagerado aplicar la palabra "locura" a lo que está sucediendo: "Sí, el Mundial es algo que enloquece un poquito -dice-. Funciona como un fenómeno de masas: borra las diferencias entre las personas y opera como una ilusión". Según Starasilis, en el fútbol aparecen sublimadas las ganas de destruir al otro. "La cohesión surge del ideal de ganar. Es la sublimación de una contienda bélica y permite poner afuera un conflicto interno. Por otro lado, se forja la ilusión de que nada nos falta, ni como personas ni como país. Es la felicidad total. Una fórmula renegatoria." Un reciente estudio de la Fundación de Salud Mental de Gran Bretaña, muestra que la mayoría (el 64%) de los hombres piensa que el fútbol los ayuda a mostrar sus sentimientos; el 70%, que jugar al fútbol es mejor que mirar jugarlo, y el 67%, que es mejor mirar los partidos con amigos que con la familia. Según Sandy Wolfson, director de la Facultad de Psicología de la Universidad de Northumbria, de ese país, el fútbol tiene un impacto notorio en la salud mental. En una encuesta reciente, uno de cada cuatro consultados dijo que el fútbol es una de las cosas más importantes de su vida. Para los expertos ingleses, la Copa del Mundo tiene efectos positivos: un estudio en Escocia demostró que durante los mundiales de fútbol disminuyen las admisiones psiquiátricas en los hospitales. "Los grandes acontecimientos que aglutinan la atención y el entusiasmo de las comunidades siempre existieron -opina el psicólogo Miguel Espeche-. Decir que se trata de un circo y del opio de los pueblos, si bien puede ser verdad en un sentido, no alcanza par explicar cuánto ha impregnado el Mundial todos los niveles de la sociedad." Para Espeche, "la intimidad con los jugadores, la noción de que cada gesto tiene una trascendencia irrevocable que transparenta la actitud del ser humano ante las situaciones límite todo esto torna la dramática mundialista en un hecho fascinante, una suerte de sueño colectivo de triunfos y fracasos. Se vislumbra por un instante lo que une a una sociedad y se logra un lenguaje en común con todos los semejantes. Un atisbo de utopía que dura, en el mejor de los casos, un mes. Luego la vida sigue " Por su parte, el psicoanalista Hugo Litvinoff, didacta de la Asociación Psicoanalítica Argentina, concluye: "Después de tantas frustraciones y después de tanto doloroso sentimiento de inferioridad, sobre todo respecto a las potencias occidentales, la posibilidad de derrotarlas suena como un sustancioso alimento al amor propio". En una época caracterizada por el individualismo, agrega, "el enfrentamiento deportivo entre países saca a la luz un sentimiento nacional que hermana a los argentinos recordándonos que compartimos un amor particular por nuestra tierra y su gente. Muchos dirán que en el fondo, todo esto no es más que una ilusión pasajera y que la gloria, la historia, el presente y el futuro de cada país dependen de factores diferentes y ajenos a las contiendas deportivas". Obviamente, algo de razón tendrán, aunque seguramente olvidan o ignoran que la ilusión no es una mala palabra, que la capacidad de ilusionarse tiene mucho que ver con la posibilidad de tolerar y disfrutar la vida. Tal vez nada importante se juegue en ningún campeonato mundial, pero no es poca cosa la posibilidad de unirnos todos bajo un objetivo común, ni el deseo pasional de mostrar que en muchas cosas los argentinos somos buenos y en algunas... los mejores.
Por Nora Bär De la Redacción de LA NACION

martes, junio 06, 2006 

La segunda vuelta con el perdedor... Lo que vi y tu no



Bastaba el hecho de que no había en realidad un candidato que valiera la pena para que desde ya la cobertura de este proceso electoral no resultara para mi nada atractiva. Sin embargo, la experiencia me ha dejado en el permanente status de "ready to go" cada vez que el canal requiere de esos despliegues. Aquellos despliegues que al fin y al cabo tienen su encanto en sí mismos por aquella extraña emoción de levantarse cuando aún muchos ni se han acostado, pese a la ley seca y por esa energía incomprensible que una siente hora tras hora, hasta llegar a casa nuevamente a oscuras, pero con ese pálpito en el pecho que te indica otra vez que no te resignas a ser simplemente una espectadora de la historia, sino que te pican los pies por "estar"y participar reportando.
Las contradicciones me quemaban en la cabeza más que la secadora que ponía mis orejas en temperatura ideal para soportar los primeros vientos fríos de la madrugada de otoño, mientras las manos de una de las maquilladoras intentaba dejarme el cabello con el usual "TV look". El debate entre espejos y brochas versaba sobre el voto en blanco, mientras me preguntaba como sería en persona, el candidato asignado: Ollanta Humala.
Esta vez, la coyuntura me encontraba ajena a la cobertura diaria de la campaña política por estar especializada en crónicas urbanas. Debo confesar que durante este tiempo para mí ha resultado más placentero entrevistar a un demente callejero, que alguno de los candidatos, sobre todo aquel par de personajes que lograron pasaron a la segunda parte de la contienda. Antes, la primera vuelta había sido tranquila: me había tocado cubrir la Misa dominguera de Lourdes Flores y la votación del Presidente AlejandroToledo. Personajes conocidos y mil veces entrevistados. Pero esta vez era diferente, iba a a estar frente al más detestable de los favoritos en todo el proceso y a la vez, ganador de la primera vuelta: el militar autoritario rodeado de su corte de improvisados.
Además no se trataba de estar con él mientras votaba, ni pararme en la puerta de su casa para esperar a que salga a correr y demostrarnos que de algo sirve el rudo entrenamiento militar... No, Mónica Cépeda (así, en tercera persona, porque está de moda) debía estar en el maravilloso, familiar y enternecedor desayuno familiar-electoral del candidato de la olla.
¿Qué cosa?. Quien se pasó discursos enteros criticando a los políticos tradicionales había decidido -seguramente a la luz de las encuestas- realizar esa huachafería apta para la TV nacional e inventada por Fujimori y las geishas: el desayunito íntimo, el momento en que se debe hablar de lo optimista que el candidato amaneció, de la dieta y hasta de lo lindos que se ven los hijos deseándole suerte o por lo menos acompañando a papá en ese día tan trascendental. ¡Qué tierno!. Y bueno, tan armada estaba la cosa que aquel momento íntimo iba a transcurrir en el local partidario de San Isidro y junto a sus más cercanos ayayeros, perdón, dirigentes.
Ese día Humala le sacó la vuelta a los periodistas. En las camionetas de prensa estacionadas frente al local algunos saboreábamos el desayuno que nuestras respectivas empresas nos habían enviado, cuando los humalistas enviaron a su vocero indicando que el famoso desayuno comenzaría a las nueve de la mañana y que el candidato permanecería en ese mismo lugar hasta el mediodía, hora en que había decidido votar.
No fue así. A Ollanta se le ocurrió salir a correr, luego ir a votar, llevar a su mujer a la votación y dejar la conferencia y sesión de fotos sanguchera, para el final.
Para entonces, hinchados de curiosidad y a razón de muchos panes repartidos por el partido, los agentes de seguridad habían iniciado conmigo una conversa informal. Estaban seguros de que el canal donde trabajo había hecho campaña por el competidor, pero en un arranque sentimental, habían decidido de que yo les caía bien y que por lo tanto comprendían que tanto ellos como yo estábamos en orillas opuestas debido a circunstancias que se reducían a un sueldo. Pésima, pero generalizada apreciación del periodismo. No somos abogados sin escrúpulos para decir que un violador es inocente sólo porque nos pagan para hacerlo. Pero bueno, el debate, siempre en tono amistoso, se entrecortaba por el ingreso constante de humalistas. Al menos llegué a decirles que en mi profesión los principios valen y tanto como las subjetividades de las que no nos podemos desprender, pese a que estamos feliz y placenteramente condenados a la búsqueda de la objetividad.
Cuando la camioneta de Ollanta Humala ingresó al estacionamiento del local de San Isidro ya eran casi las nueve y media de la mañana y las diez cuando un sujeto de polo rojo y sonrisa apacible aparecía frente a una mesa decorada con chicharrones, relleno, jugo de naranja y mate de coca. Era él, el comandante que escondía bajo el gesto de tranquilidad una intranquilidad que sólo podía notarse por su negativa a probar bocado y unos cuántos bromas fallidas y nerviosas que sólo sus allegados celebraron.
A Illari, la hija, le dio una repentina pataleta que felizmente terminó en unos segundos que evitaron que el centro de la atención de esta actividad que personalmente creo ridícula y proselitista, se desviara hacia la niña.
Este candidato aprendió lo que otros políticos con maña: a voltear la mirada hacia la voz que le hacía preguntas complacientes (léase reporteros venezolanos chavistas llegados especialmente para la ocasión) e ignorar a quien lo cuestiona más de una vez, por haber decidido a último momento la realización de tal "cotidiana" actividad. Su esposa, mantenía como podía una sonrisa constante e ideal para portadas, que parecía esconder algo de cansancio y hartazgo. Como lo había dicho mi jefe en días anteriores, Humala, definitivamente no salía "con la pata en alto", sino con una imagen reposada a jugarse los últimos minutos del partido.
Y aunque los vigilantes del Partido Nacionalista seguramente piensan lo contrario, la transmisión en directo del inicio del desayuno y de la conferencia de Prensa fue harto extensa. Lamenté sin embargo haber salido del aire sin registrar en vivo un hecho tan o más vergonzoso que el carácter proselitista del desayuno electoral: Decenas de técnicos, redactores, camarógrafos, fotógrafos y algún reportero por allí se arrojaron con voracidad canina o quizás hambre de piraña hacia la mesa que minutos antes Humala y sus dirigentes había dejado intacta, con todos los trozos de chicharrón hábilmente decorados para las fotos e imágenes. Muchas manos pugnaban por los últimos trozos de carne y hasta preparaban sandwichs con la morcilla acomodada en forma de flor y la brillante cebolla rosada que antes fue parte del retrato que ellos mismos habian tomado de Gonzalo García, el candidato a vicepresidente.
Y pensar que había gastado varios minutos intentando explicar a los vigilantes de ese local partidario que a pesar de lo que muchos creían, habemos periodistas que pensamos que los principios y el buen comportamiento es importante.. ¿Cómo creerme ante tamaño caos de hambrientas bocas a las que no les importaba mantener la distancia y ubicarse en la trinchera de la dignidad que permite criticar con ética a quien pretenda no tenerla?. La generalización, modalidad habitual entre los intolerantes y los poco informados, es una práctica floja, pero en medio del caos es difícil distinguir la paja del trigo. Quienes observábamos absortos la escena recordábamos entre nosotros lo difícil que resulta a veces tragarse las críticas del intolerante humalista que más de una vez nos hemos encontrado en las calles de Lima y sobre todo del interior, aquel indeseable que es capaz de arrojarte una piedra porque cree que los principios y las formas se extinguieron hace mucho tiempo.

About me

  • I'm monich
  • From
My profile

    Mi boton

    Crónicas perdidas de Monich


Gente cool

Free Hit Counter
hit Counter

Test ¿Qué Color Me Representa?
Powered by Blogger