Dentro de esa pequeña casa adaptada como canal de televisión, Hugo Coya y yo mirábamos un monitor fíjamente. Eran los días en que cada día nos traía una sorpresa digna del asombro o la indignación. Era la época de los llamados vladivideos.
Esta vez, no estaba Montesinos junto algún congresista o empresario y no se vería ningún fajo de dinero. Era un vídeo con Kenji Fujimori como protagonista. Las imágenes discurrían hasta la escena en la que aparece su perro Puñete. Para entonces ya éramos cuatro frente al monitor, la mitad con vergüenza ajena por ser testigos de la "travesura" zoofílica del hijo de Alberto Fujimori.
Considero 11 años después que aquella imagen del adolescente y su perro debió haber sido cortada. Como no sucedió así, es éste el episodio con el que mas se recuerda al menor de los Fujimori Higuchi, cuando en realidad otras imágenes del vídeo sí pueden realmente considerarse de interés público: su coreográfico recorrido por el gimnasio que se adaptó especialmente en el Servicio de Inteligencia Nacional (dependencia pública sostenida con nuestros impuestos) y más aún, la evidencia de que un helicóptero del Ejército Peruano fue usado, por lo menos en una oportunidad, para trasladar al hijísimo, sus amigos y hasta la mascota, en viaje de placer.
Ahora Kenji Fujimori está postulando al Congreso de la República y sigo preguntándome: ¿Qué podría aportar este personaje al Poder Legislativo?. En Twitter y Facebook, donde lancé la pregunta, las respuestas fueron por demás imaginativas a la hora de describir que nada, absolutamente nada productivo.
Fue entonces que recordé una anécdota que me describe aún más al personaje en cuestión. Ocurrió a mediados de los 90, en las que Violeta Tenorio, conocida como la geisha preferida del Presidente Fujimori desistía de viajar a los lugares de mayor altura, para evitar los efectos del Soroche *. Aquella vez, la reportera de 90 Segundos escogida para reemplazarla era yo, que de geisha nunca tuve nada.
La escena es así:
(Avión presidencial viajando de Juliaca a Lima, tras un recorrido presidencial por varios pueblos de la región Puno. Hora 5 pm, aproximadamente).
Kenji: Apá, el General no quiera jugar cartas, está jato.
AFF: (Al Edecán) A ver, soluciona eso.
Edecán: No te preocupes Kenji, yo juego contigo.
Kenji: No, voy a despertarlo.
(Sonido de golpe de mano en la cara del Jefe de la Región Militar de Puno)
Kenji: General no jatee, vamos a jugar cartas.
(Sonido de vara de mando que cae de la mano derecha del General, mientras éste despierta súbitamente)
General: Ya claro, ¿qué quieres jugar?
No eran las épocas del Iphone, ni de los vídeos o fotos grabados con celular, pero estuve allí, no me lo contaron. Aquel muchacho caprichoso y mimado se uniría después al coro de defensores de la corrupción del gobierno de su padre (claro, si todas sus travesuras fueron financiadas con esos fondos mal habidos) y secunda a su hermana mayor en aquella misión de llegar al poder para indultarlo.
No se sabe mucho de su formación (parece que estudió Agronomía). La única certeza es que tiene el número 3 en la lista de candidatos al Congreso por Fuerza 2011, lugar que se ganó únicamente por ser hijo de su "apá" o su "api", como lo dice su versión caricaturesca que interpreta Jorge Benavides. Habiéndolo escuchado alguna vez en un acto proselitista, puedo dar fe además que ni siquiera labia tiene, que le cuesta mucho hilar más de dos ideas en un discurso.
Este es el personaje que podría obtener una curul en el parlamento nacional en las próximas elecciones. Lo peor es que habrá gente que vote por él...
*Se conoce así en Perú al "mal de altura" o "mal de montaña".
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