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domingo, setiembre 17, 2006 

London adventure... El comienzo de todo

Las razones de mi ausencia blogueril se deben justamente a esta aventura de vacaciones que pretendía sacarme el clavo de algunas cosas jodidas que pasaron este año. En Junio mi plan era volar a San Francisco para quitarme el stress paseando por el Golden Gate. Sin embargo terminé riendo a carcajadas sobre en el London Bridge sobre el río Támesis y conociendo la diversidad cultural de una ciudad europea bastante interesante. Esta es la crónica del viaje.
VIAJAR CON JULIO O NADA...
Estoy sentada en una aburrida sala de embarque en el Aeropuerto de Guayaquil y si no fuera por Julio, esto sería una pesadilla. Lo obligo a acompañarme a cada viaje, siempre que el vuelo es largo y tedioso. Me entretiene a rabiar con su forma peculiar de contar las cosas, a las que les pongo el respectivo acento argentino para que la lectura tenga mejor ritmo. Por alguna razón, desde que me acuerdo hago lo mismo cada vez que leo a los escritores latinoamericanos y esta vez, no me queda más que escuchar en mi imaginación el característico che de los personajes que Cortazar creó para el Bestiario y Todos los Fuegos el Fuego, edición económica del diario El Comercio.
A pesar de tan interesante compañía me pregunto por qué he de estar a tantas horas de mi destino y por qué los viajes a Europa deben ser tan pesados. Quizás no debí pedirle a Luz Marina, mi agente de viajes el vuelo más económico, pues esto significaba pasar seis horas en el terminal guayaquileño donde no hay más que dos cafeterías, una tienda, una farmacia, mucho calor y otros cansados pasajeros.
Al llegar la noche, me ubico en el lugar asignado a la gente que esperaba el vuelo a Madrid por Iberia. Una chica de unos 25 años se me acerca pidiendo información. Como 14 mil de sus compatriotas, la muchacha había emigrado a España hacía cinco años, cuando aún los habitantes de la mitad del mundo no necesitaban una visa para llegar a la madre patria. Me contaba sobre su vida de mesera en la península cuando de pronto el relato fue interrumpido por la queja altisonante de una poco educada señora española que minutos antes había sido obligada a enseñarle todo el contenido de sus maletas al guardia de seguridad del aeropuerto. No sólo eran sus alaridos los que me dejaron absorta, sino también sus términos, más propios de un faite de los Barracones que de una dama madrileña. Pero ahí estaba ella, remarcando en todo momento la calidad superior de los servicios europeos, frente a la mediocridad de los sudamericanos..."Y qué más quieren que les traemos plata como turistas"...
Los decibeles de aquella voz estaban a punto de matarme cuando la muchacha del counter me pide que me acerque. Había un problema: Al parecer la oficina de Iberia en Ecuador había vendido más boletos que la capacidad del avión y por lo tanto sería cambiada a la Clase Ejecutiva.... ¿Para qué necesitaba que me expliquen más?... La primera clase no le hace mal a nadie y por eso con todo mi cansancio me instalé en unos cómodos asientos diseñados para el ejecutivo más estressado del planeta. Vino español toda la noche y comida aceptable. Julio siguió ahí mostrándome sus personajes asfixiados, capaces de mirar al mundo desde una perspectiva que otros no perciben. Y así fui feliz hasta Barajas, el gigante aeropuerto de Madrid, desde donde me trasladé a la convulsionada Londres.
Esta historia continuará....

¡Hola, Monich!

He leído tu blog con mucho agrado e interés. En verdad, me ha gustado y ya he colocado un enlace desde El blog de La Plazuela.
Con respecto a tu último post, me has recordado que hay un gigante a cuyas páginas no he vuelto hace mucho tiempo, desde mis épocas de estudiante, creo. Ni siquiera cuando se conmemoraron los noventa años de su nacimiento. Tanto Rayuela como otros relatos de Cortázar me proporcionaron momentos inolvidables de humor y goce estético. Será motivo para hacerle a su relectura (y a la lectura de lo que aún no he leído de él) un lugar entre la maraña de cosas (y libros) que absorben mi tiempo.
Me alegro de que hayas tenido la oportunidad de pasar unas vacaciones en Europa, Londres en este caso. Estaré atento a la continuación de la historia.

Se agradece Oscar, nos estamos leyendo.. Besitos.

Las anecdotas del gran cronopio son cada una mas increible que la otra.

En una oportunidad iba caminando por las calles de su amada Paris y un chico argentino lo intercepta iniciandose el siguiente dialogo:

- Sr. Cortazar, firmeme un autografo por favor,en la casa todos lo admiramos.
- A ver nene, dame tu cuaderno.
- Mi padre dice que Ud. es Dios.
Cortazar lo miraba, no le habia hecho mucha gracia el co,entario del chico.
- Ya esta el autografo.
- Gracias Sr.Cortazar,respondio el chico alborozado.
- Nene,podes hacerme un favor?
- Claro Sr. Cortazar.
- Anda a tu casa y decile a tu viejo que Dios no existe.

Asi de grande era el Cronopio.
Esperamos la segunda parte de tu cronica.

Besos

Schatz

A mi Rayuela me mata, pocos libros me han costado tanto, no creo que pudiera viajar leyendo Rayuela, no hay manera.

Por otro lado, algo pasa con los comentarios en otros post, no he podido dejar varios.

Fue un placer conocerte ;)

me dejaste a medias!... eso del "continuara" no me... mucho... (por lo de la intriga..) pero bueno espero el resto... tu estadía y demás.
Saludos!

Al menos la espera de 6 horas en Guayaquil se vio compensada en algo al pasarte a la clase ejecutiva. A mí me ligó primera clase cuando viajé a Caracas, pero yo tenía 15 años así que ni hablar de servirme vino pero todo el rato pedi coca cola y torta de chocolate, mmmmm.
Besos, espero la segunda parte

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