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sábado, junio 10, 2006 

¿Por qué nos enloquece el Mundial?..Genera la ilusión de la felicidad perfecta y borra toda diferencia

(Tomado del Diario La Nación de Buenos Aires)
Encontré este artículo justamente después de comentar sobre el fanatismo futbolero en el blog de El Chepis , a quien seguramente le debo parecer una aguafiestas. Pero encuentro en esta nota una explicación interesante a parte de mis cuestionamientos respecto a esta "pasión".

E l hincha de fútbol pertenece a un especie singular y a veces trágica, capaz de pasar del éxtasis a la desesperación en décimas de segundo, sin parpadear y sin quitar los ojos de una camiseta... Pero la pasión que estalla en cada partido "normal" palidece al lado del frenesí que desencadena el Mundial de fútbol. El sentimiento es tan generalizado y abrumador que resulta difícil abstenerse. "¡Estamos entrando en una zona de delirio colectivo!", dice la psicoanalista Silvia Fendrik. Para Vanesa Starasilis, coordinadora del Centro Dos, no es exagerado aplicar la palabra "locura" a lo que está sucediendo: "Sí, el Mundial es algo que enloquece un poquito -dice-. Funciona como un fenómeno de masas: borra las diferencias entre las personas y opera como una ilusión". Según Starasilis, en el fútbol aparecen sublimadas las ganas de destruir al otro. "La cohesión surge del ideal de ganar. Es la sublimación de una contienda bélica y permite poner afuera un conflicto interno. Por otro lado, se forja la ilusión de que nada nos falta, ni como personas ni como país. Es la felicidad total. Una fórmula renegatoria." Un reciente estudio de la Fundación de Salud Mental de Gran Bretaña, muestra que la mayoría (el 64%) de los hombres piensa que el fútbol los ayuda a mostrar sus sentimientos; el 70%, que jugar al fútbol es mejor que mirar jugarlo, y el 67%, que es mejor mirar los partidos con amigos que con la familia. Según Sandy Wolfson, director de la Facultad de Psicología de la Universidad de Northumbria, de ese país, el fútbol tiene un impacto notorio en la salud mental. En una encuesta reciente, uno de cada cuatro consultados dijo que el fútbol es una de las cosas más importantes de su vida. Para los expertos ingleses, la Copa del Mundo tiene efectos positivos: un estudio en Escocia demostró que durante los mundiales de fútbol disminuyen las admisiones psiquiátricas en los hospitales. "Los grandes acontecimientos que aglutinan la atención y el entusiasmo de las comunidades siempre existieron -opina el psicólogo Miguel Espeche-. Decir que se trata de un circo y del opio de los pueblos, si bien puede ser verdad en un sentido, no alcanza par explicar cuánto ha impregnado el Mundial todos los niveles de la sociedad." Para Espeche, "la intimidad con los jugadores, la noción de que cada gesto tiene una trascendencia irrevocable que transparenta la actitud del ser humano ante las situaciones límite todo esto torna la dramática mundialista en un hecho fascinante, una suerte de sueño colectivo de triunfos y fracasos. Se vislumbra por un instante lo que une a una sociedad y se logra un lenguaje en común con todos los semejantes. Un atisbo de utopía que dura, en el mejor de los casos, un mes. Luego la vida sigue " Por su parte, el psicoanalista Hugo Litvinoff, didacta de la Asociación Psicoanalítica Argentina, concluye: "Después de tantas frustraciones y después de tanto doloroso sentimiento de inferioridad, sobre todo respecto a las potencias occidentales, la posibilidad de derrotarlas suena como un sustancioso alimento al amor propio". En una época caracterizada por el individualismo, agrega, "el enfrentamiento deportivo entre países saca a la luz un sentimiento nacional que hermana a los argentinos recordándonos que compartimos un amor particular por nuestra tierra y su gente. Muchos dirán que en el fondo, todo esto no es más que una ilusión pasajera y que la gloria, la historia, el presente y el futuro de cada país dependen de factores diferentes y ajenos a las contiendas deportivas". Obviamente, algo de razón tendrán, aunque seguramente olvidan o ignoran que la ilusión no es una mala palabra, que la capacidad de ilusionarse tiene mucho que ver con la posibilidad de tolerar y disfrutar la vida. Tal vez nada importante se juegue en ningún campeonato mundial, pero no es poca cosa la posibilidad de unirnos todos bajo un objetivo común, ni el deseo pasional de mostrar que en muchas cosas los argentinos somos buenos y en algunas... los mejores.
Por Nora Bär De la Redacción de LA NACION

Moni,

A mi me revienta la efervescencia marketera que comercia con la expectativa que un evento de esta naturaleza genera.

Para mí,amén de un par de reuniones y una que otra parrillada extra significa a la larga un poco más de trabajo.En vez de ver 6 partidos semanales voy a tener que ver 20,aunque con el mayor de los gustos al ser la mayoría de los mundialistas de gran calidad y relevancia.

Cuando alguien me hace referencia al fútbol como un fenómeno estupidizante de masas siempre recurro más que a Borges(quien decía que el fútbol era la cosa más importante dentro de las cosas menos importantes) sino a Albert Camus quien dijo lo siguiente:

"Porque, después de muchos años en que el mundo me ha
permitido variadas experiencias, lo que más
sé, a la larga, acerca de moral y de las obligaciones de
los hombres, se lo debo al fútbol."

Un abrazo

Schatz

Antes me encantaban los mundiales. Todavía recuerdo con nostalgia a mis muñecos Naranjito y Pique. ¡Lo máximo!

Mi primer ciclo de universidad coincidió con el Mundial del 94, lo cual creo, sirvió para generar más lazos entre los cachimbos que nos tirábamos la pera en masa para invadir alguna casa o huarique y ver algún partido. Era súper divertido.

Pero este Mundial yo no sé que tiene que lo único que ha logrado es curarme el insomnio. Amén.

Jejeje, no creo que seas una aguafiestas, para nada! Tu opinión la comparten muchas personas! Sin embargo, de acuerdo al artículo (que francamente me parece un poco exagerado...) no crees que un efecto similar de cohesión social y de masas produce un fenómeno como la multitudinaria procesión del "Señor de los Milagros"? Ahora, no digo que sea algo negativo. Si despierta la efervescencia del espírutu de las personas, si alegra la existencia de algunos, si estimula que ricos, pobres y clasemedieros salgan juntos vestidos de un mismo color por las calles cantando... no puede ser tan malo, no?

La religión es el opio del pueblo... probablemente el fútbol también. Como expliqué en un comentario en mi blog, para mi es una adicción de 1 mes por cada 4 años. No soy un fan futbolero y cada vez que me preguntan "De quién eres hincha!" me mato de risa porque no puedo verme a mi mismo como "hincha" de nadie. Sin embargo como dicen en algunos comentarios anterioriores, las parrilladas, las reuniones, las chelas, los gritos y la emoción son excelentes justificaciones para pasar un excelente rato, y si dura un solo mes... a aprovecharlo!

Suerte!

Tons al Peru si que nos hace falta clasificar de vez en cuando para lograr todos los efectos positivos que comentas :(

Recuerdo que estaba en primaria y el Mundial de España si que causaba efectos como los que comentas, integracion, reuniones.... etc, aun en gente no muy fanatica. Pero a cada decepcion posterior de todo ello solo quedan rezagos en las eliminatorias.

Que si, aun nos atrae el tema, pero.... no es lo mismo!!!

Bueno chicos, para mi la cosa es simple: si el fútbol bien puede ser el pretexto ideal para compartir un buen momento con gente a la que apreciamos. Eso me trae recuerdos: el último mundial al que Peru clasificó.. España 82 y yo correteando con mis primos o gritando gol como los grandes. En efecto, eso es positivo en una sociedad donde cada vez hay menos actividades grupales. Ahora bien, me parece muy lógico el análisis de los especialistas consultados y creo que no exageran. Las competencias exacerban sentimientos colectivos, nacionalistas, hacen aflorar nuestras frustraciones y parecen funcionar muy bien al "sublimar las ganas de destruir a otros".. digamos, que canaliza ciertos sentimientos violentos.

Creo mas en la pasión por el arte y por eso no entiendo el fanatismo futbolero al que veo con matices mucho más violentos (analicen la actitud de un hincha - fanático cuando gana o cuando pierde su equipo favorito). Creo también que todo tipo de fanatismo es absurdo y radical.

Totalmente con el comentario sobre fanatismo absurdo y radical.Después de todo, hemos tenido como ejemplo el gran porcentaje de humalistas en la primera y segunda vuelta como evidencia. Pero no satanicemos algo sólo porque no compartimos la emoción. Yo, como explico en mi post, celebro éste mundial, quizá no como peruano, pero como alemán que soy. :)

No Chepis, no estoy tratando de satanizar nada, sólo digo que hay lógica detrás de los análisis. No todos los que aman el fútbol son unos mounstruos fanáticos o radicales... eso es como decir que todos los artistas son drogadictos. Detesto generalizar, pero analizo compulsivamente todo lo que hay a mi alrededor, sobre todo lo que no entiendo. Enarbolo la bandera de la tolerancia y para seguir en la brega necesito aprender y entender cada día sobre las cosas que me apasionan y sobre todo las que no. Saludos y sigue celebrando!! enhorabuena.

Gracias. Tampoco pretendo defender lo indefendible (aunque es una postura que me divertía tomar siempre en las aulas). Recién empiezo a entrar un poco más a éste mundo de los blogs, y me alegra haber descubierto el tuyo. Suerte con todo.

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