Yola vi
Aparece ante mí como la muñeca quebrada que alguien guardó en el closet por muchos años. Con esas mechas coloridas de una moda que nunca fue moda, sino un estilo pintoresco que recuerda mas a una figura del carnaval de Venecia, que a una juguete de trapo. Jamás tuvo una voz asombrosa, ni una belleza memorable, pero por alguna razón se quedó a vivir en los recuerdos infantiles de quienes tenemos hoy más de treinta. Por eso, aunque Yola Polastri luzca ahora un halo de soledad y tristeza debajo de aquellos años disimulados por mas de una operación estética, es y será siempre un ícono, una leyenda viva. Por eso vengo a escucharla y a perdonarle que más de una de sus frases no sean precisamente coherentes ni precisas.
" Para Mónica y Gala" repite en voz alta, mientras garabatea un cd y una postal con su fotografía con un plumón negro que juguetea sobre disco y papel formando corazoncitos y garabatos propios de una adolescente. Me dice que ahora trabaja en fiestas de niños donde los adultos se divierten más, o en las de los adultos que quieren ser niños por algunos minutos, saltando y coreando la Gallina Turuleca, como cuando tenían ocho años, o recordando milagrosamente la coreografía de la Feria de Cepillín como si la acabaran de aprender.
"Me han dicho de todo en la prensa, menos madre, pero creo que lo he sido un poco, a pesar de que no tuve hijos propios" me había dicho por teléfono cuando le pedí la entrevista por primera vez. Se emocionó, lo hace siempre que la prensa le recuerda que aún está en la agenda. Acto seguido se acuerda de que debe hacerse rogar y hacerse esperar, mostrar un poco de aquella old-fashion-pose con la que te hace saber que no sólo fue importante, sino que lo sigue siendo.
Cuando por fin logro tener una cita y la tengo frente a frente, le confieso que quise ser burbujita y ella sabe que aquella había sido la frustración de miles de niños en los ochentas. Ha escuchado la historia con diferentes matices y protagonistas más de una vez. Minutos después, cuando llega la obvia pregunta sobre los hijos propios que nunca tuvo, ella habla de stress, de tiempos dedicados por completo al trabajo, de un tratamiento médico que jamás se hizo. De pronto mira a la cámara como toda una experta comunicadora y dice: -si adoptaba un hijo, hubiera tenido que adoptar un marido-. Mira hacia arriba y continúa asegurando que cree en la familia. -¡Chicos, conserven la familia, no saben lo que podrían perderse para esta edad!-. Y entonces me deja muda, y entonces sus ojos no pueden ocultar que algo le faltó para llenar su hermosa casa de tantos ambientes, de tantas flores y de un jardín que hasta hoy alberga niños que quieren ser las bubujas de ese mar donde ella aún se cree la reina sirena.
Adiós Yola, le dije y suspiré antes de dejarla con sus mechas coloridas y sus ganas de seguir siendo leyenda.
" Para Mónica y Gala" repite en voz alta, mientras garabatea un cd y una postal con su fotografía con un plumón negro que juguetea sobre disco y papel formando corazoncitos y garabatos propios de una adolescente. Me dice que ahora trabaja en fiestas de niños donde los adultos se divierten más, o en las de los adultos que quieren ser niños por algunos minutos, saltando y coreando la Gallina Turuleca, como cuando tenían ocho años, o recordando milagrosamente la coreografía de la Feria de Cepillín como si la acabaran de aprender.
"Me han dicho de todo en la prensa, menos madre, pero creo que lo he sido un poco, a pesar de que no tuve hijos propios" me había dicho por teléfono cuando le pedí la entrevista por primera vez. Se emocionó, lo hace siempre que la prensa le recuerda que aún está en la agenda. Acto seguido se acuerda de que debe hacerse rogar y hacerse esperar, mostrar un poco de aquella old-fashion-pose con la que te hace saber que no sólo fue importante, sino que lo sigue siendo.
Cuando por fin logro tener una cita y la tengo frente a frente, le confieso que quise ser burbujita y ella sabe que aquella había sido la frustración de miles de niños en los ochentas. Ha escuchado la historia con diferentes matices y protagonistas más de una vez. Minutos después, cuando llega la obvia pregunta sobre los hijos propios que nunca tuvo, ella habla de stress, de tiempos dedicados por completo al trabajo, de un tratamiento médico que jamás se hizo. De pronto mira a la cámara como toda una experta comunicadora y dice: -si adoptaba un hijo, hubiera tenido que adoptar un marido-. Mira hacia arriba y continúa asegurando que cree en la familia. -¡Chicos, conserven la familia, no saben lo que podrían perderse para esta edad!-. Y entonces me deja muda, y entonces sus ojos no pueden ocultar que algo le faltó para llenar su hermosa casa de tantos ambientes, de tantas flores y de un jardín que hasta hoy alberga niños que quieren ser las bubujas de ese mar donde ella aún se cree la reina sirena.
Adiós Yola, le dije y suspiré antes de dejarla con sus mechas coloridas y sus ganas de seguir siendo leyenda.
a pesar que ya no pertenezco a la generación que gozó con Yola (sin embargo conservo un par de recuerdos borrosos de su programa, cuando tenía tres o cuatro años como máximo, mas bien soy de la generación que vivió lo último de Nubeluz cuando se mató la flaca -aunque no me acuerdo tampoco de eso - pero tampoco pertenezco a la epoca timoteo xD) de todas da un poco de nostalgia (y si me acuerdo de un par de canciones, pero sobre todo gracias al Sanchez)
besos pa ti y pa la Galita
Posted by Jocho | 11:08 p. m.
Pues si otra marca de nuestra generacion, al igual q la cicatriz de la vacuna en el hombro, es haber querido y usualmente no haber logrado, convertirnos en burbujitas de Yola, tararear cantar y bailar sus canciones antes del programa, en las fiestas, etc. ME acuerdo mucho de un verano en q se fracturo un apierna, e hizo de su programa un taller de teatro y actuacion, via la TV, es uno de mis mas claros recuerdos, q por cierto fortalecio mi largamente cobijada (y tambien frustrada debo confesarlo) vocacion actoral.
Tengo un amigo, abogado exitoso, qp ara su santo contrato a Yola, y todo el carnaval de la fiesta fue para sus 40, son todos sus patas y la gente bailando el pipiton, la pantera aventurera, la chica de la tele, las pa'rondas y pa'rronditas, triquitri taqui taqui triquitri taque taque tran... the old good days q todos atesoramos. Me perdi el tono por haberme mudado aca jajaja, ojala para sus 50 Yola pueda animarle la fiesta otra vez.
Besos para ti y Galita, al mas Yolesco estilo jajajaj
YLC
Posted by Your_Little_Cupcake | 8:42 p. m.
Monica, por esas coincidencias la semana pasada escribi un post sobre Yola: http://pintandoydespintandoelcielo.blogspot.com/2008/05/hola-gaby-fofo-y-miliki-ah-si-hola-yola.html
Justamente hablaba de lo idola que habia sido para mi, pero que pues no sabia que ella copiaba sus canciones de los payasos de la tele. De haber sabido que la ibas a entrevistar le hubiese mandado saludos!! :) Besos y espero que tu primer dia de la madre haya sido espectacular. Muchos besos a Gala.
Posted by Blank | 12:12 a. m.
Este post te quedó muy bien, en serio.
Yo tenía un long play de Yola que me encantaba bailar y me quedé fascinada cuando Yola visitó Disney :D
Posted by Mafa | 5:31 p. m.
Yo de verdad que no hubiera querido ser burbujito, ni siqueira uno de esos muñecos cabezones que hacían su baile con ella (me daban cierto temor), pero si guardo el recuerdo de ella, que asocio mucho a lo poco que recuerdo de mi niñez.
La entrevistaste? Mostro... le hubieras dicho que un Dragón del 96 escribió "En el Banco de la Nación" inspirado en una de sus canciones.
Snif.
Slaudos.
Posted by Dragón del 96 | 2:30 a. m.
Cuando escucho el nombre de Yola, pienso automaticamente en Dragón.
Nunca fui fan de la tía, pues siempre lo relacioné con "mujercitas". No sé sus canciones y pienso de ella que debe quedar como un buen recuerdo y no como una patética realidad que se niega a dejar su paso.
Buen post.
Posted by El perro andaluz | 5:23 a. m.
Siempre aluciné que Yola era doble cara, frente a cámara muy linda, y detrás de ella... pobres chicos!!!
Posted by Pamela | 9:41 p. m.
Qué bueno que pudiste entrevistarla. Yo una vez la llamé para entrevistarla y me respondió el teléfono en un estado tan lamentable que realmente me dio pena, mi ídola de la niñez se me cayó. Prefiero recordarla como era hace 30 años.
Besos
Posted by Ursula | 6:05 p. m.
Detesto a Yola.Y desde pequeño pues me hace recordar a una tía que se creía Yola y en cada reunión familiar nos quería obligar a saltar y movernos como monigotes lobotomizados.
Con los años me la crucé en varias discotecas y bares de moda en condición lastimera.La aversión se transformó en pena.Como dice el tango"la verguenza de haber sido y el dolor de ya no ser".
Buen post Mamacha.
Un abrazo
Schatz
Posted by schatz67 | 9:49 p. m.